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Educados para no pensar.

enero 25, 2013

No hay opinión pública, hay opinión mediática.

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Homo Toxicus.

enero 24, 2013

¿Sabías que después de 30 años de haber prohibido el DDT, todavía se encuentran restos de éste en la grasa de nuestro organismo?

HOMO TOXICUS es un documental que nos habla de las toneladas de sustancias químicas que son liberadas a diario al medio ambiente y cómo éstas van a parar a nuestro organismo y son susceptibles de medirse con un análisis de sangre específico.

Existe una relación muy estrecha entre ellas y el aumento de muchas enfermedades, por ejemplo el cáncer, los problemas de fertilidad e incluso la hiperactividad. Además, todo esto es traspasado de la madre al feto, con lo cual cada generación dispone de una mayor “nivel de toxicidad”.


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Flow, por amor al agua. (O como un puñado de corporaciones nos roban el agua)

enero 23, 2013

Un documental que revela la verdad acerca del agua como un recurso no renovable que está en peligro y en manos de monopolios en detrimento de la humanidad.
¿Quién es el dueño del agua? ¿Quién decide sobre ella? ¿Por qué el Consejo Mundial del Agua, el Banco Mundial y algunas empresas, entre las que se encuentran Nestlé y Coca Cola, se autodefinen como comandantes globales del agua tomando decisiones por nosotros? ¿Quién los eligió?

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Y viva la patria! (?)

enero 23, 2013

Las tradiciones, los símbolos, las nacionalidades, las banderas, las religiones o cualquier otra cosa que te imponen sin preguntarte no son mas que veneno con el que te asesinan la libertad para convertirte en un robot a control remoto diseñado para obedecer las órdenes de la manga de hijos de puta que nos dominan. (Violencia Rivas)

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El otro como una promesa.

enero 23, 2013

«Hay un sistema universal de poder que genera una cultura del miedo, que te obliga a ver al otro como enemigo, cuando lo bueno de la vida es reconocer al otro como una promesa…» (Eduardo Galeano)

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Y mirá que nos avisaron…

enero 23, 2013

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Humanos…

enero 22, 2013

 

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La educación prohibida.

agosto 30, 2012

Papás, mamás, abuelos, tios, docentes y todos en general: Gran peli para ver, difundir y reflexionar. La educación que te dieron o la que están recibiendo tus nenes no es la única posible… y ciertamente tampoco la mas deseable. Se puede aprender sin detestar lo que te enseñan 🙂

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Nacidos para aprender

marzo 24, 2012

La adolescencia no es un problema, es una oportunidad. A pesar de lo que digan los ¿desesperados? padres de hijos adolescentes!

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«La misión principal de la escuela ya no es enseñar cosas, Internet lo hace mejor» (Francesco Tonucci)

marzo 17, 2012

«La misión de la escuela ya no es enseñar cosas. Eso lo hace mejor la TV o Internet.» La definición, llamada a suscitar una fuerte polémica, es del reconocido pedagogo italiano Francesco Tonucci. Pero si la escuela ya no tiene que enseñar, ¿cuál es su misión? «Debe ser el lugar donde los chicos aprendan a manejar y usar bien las nuevas tecnologías, donde se transmita un método de trabajo e investigación científica, se fomente el conocimiento crítico y se aprenda a cooperar y trabajar en equipo», responde.

Para Tonucci, de 68 años, nacido en Fano y radicado en Roma, el colegio no debe asumir un papel absorbente en la vida de los chicos. Por eso discrepa de los que defienden el doble turno escolar.

«Necesitamos de los niños para salvar nuestros colegios», explica Tonucci, licenciado en Pedagogía en Milán, investigador, dibujante y autor de Con ojos de niño, La ciudad de los niños y Cuando los niños dicen ¡Basta!, entre otros libros que han dejado huella en docentes y padres.

Dialogó con LA NACION sobre lo que realmente importa a la hora de formar a los más chicos y dejó varias lecciones, que muchos maestros podrían anotar para poner en marcha a partir del próximo ciclo escolar.

Propuso, en primer lugar, que los maestros aprendan a escuchar lo que dicen los niños; que se basen en el conocimiento que ellos traen de sus experiencias infantiles para empezar a dar clase. «No hay que considerar a los adultos como propietarios de la verdad que anuncian desde una tarima», explicó.

Recomendó que «las escuelas sean bellas, con jardines, huertas donde los chicos puedan jugar y pasear tranquilos; y no con patios enormes y juegos uniformes que no sugieren nada más que descarga explosiva para niños sobreexigidos».

Y que los maestros no llenen de contenidos a sus estudiantes, sino que escuchen lo que ellos ya saben, y que propongan métodos interesantes para discutir el conocimiento que ellos traen de sus casas, de Internet, de los documentales televisivos. «¡Que se acaben los deberes! Que la escuela sepa que no tiene el derecho de ocupar toda la vida de los niños. Que se les dé el tiempo para jugar. Y mucho», es parte de su decálogo.

De hablar pausado y de pensamiento agudo, Tonucci transmite la imagen de un padre, un abuelo, un educador que aprendió a ver la vida desde la perspectiva de los niños. Y recorre el mundo pidiendo a gritos a políticos y dirigentes que respeten la voz de los más pequeños.

-¿Cómo concibe usted una buena escuela?

-La escuela debe hacerse cargo de las bases culturales de los chicos. Antes de ponerse a enseñar contenidos, debería pensarse a sí misma como un lugar que ofrezca una propuesta rica: un espacio placentero donde se escuche música en los recreos, que esté inundado de arte; donde se les lean a los chicos durante quince minutos libros cultos para que tomen contacto con la emoción de la lectura. Los niños no son sacos vacíos que hay que «llenar» porque no saben nada. Los maestros deben valorar el conocimiento, la historia familiar que cada pequeño de seis años trae consigo.

-¿Cómo se deberían transmitir los conocimientos?

-En realidad, los conocimientos ya están en medio de nosotros: en los documentales, en Internet, en los libros. El colegio debe enseñar utilizando un método científico. No creo en la postura dogmática de la maestra que tiene el saber y que lo transmite desde una tarima o un pizarrón mientras los alumnos (los que no saben nada), anotan y escuchan mudos y aburridos. El niño aprende a callarse y se calla toda la vida. Pierde curiosidad y actitud crítica.

-¿Qué recomienda?

-Me imagino aulas sin pupitres, con mesas alrededor de las cuales se sientan todos: alumnos y docentes. Y donde todos juntos apoyan, en el centro, sus conocimientos, que son contradictorios, se hacen preguntas y avanzan en la búsqueda de la verdad. Que no es única ni inamovible.

-¿Cuál es rol del maestro?

-El de un facilitador, un adulto que escuche y proponga métodos y experiencias interesantes de aprendizaje. Generalmente los pequeños no están acostumbrados a compartir sus opiniones, a decir lo que no les gusta. Los docentes deberían tener una actitud de curiosidad frente a lo que los alumnos saben y quieren. Les pediría a los maestros que invitaran a los niños a llevar su mundo dentro del colegio, que les permitieran traer sus canicas, sus animalitos, todo lo que hace a su vida infantil. Y que juntos salieran a explorar el afuera.

-Varias veces usted ha dicho que la escuela no se relaciona con la vida. ¿Por qué?

-Porque propone conocimientos inútiles que nada tienen que ver con el mundo que rodea al niño. Y con razón éstos se aburren. Hoy no es necesario estudiar historia de los antepasados, sino la actual. Hay que pedirles a los alumnos que se conecten con su microhistoria familiar, la historia de su barrio. Que traigan el periódico al aula y se estudie sobre la base de cuestiones que tienen que ver con el aquí y ahora. Esto los ayudará a interesarse luego por culturas más lejanas y entrar en contacto con ellas.

-¿Cómo se puede motivar a los alumnos frente a los atractivos avances de la tecnología: el chat, el teléfono celular, los juegos de la computadora, el iPod, la play station?

-El colegio no debe competir con instrumentos mucho más ricos y capaces. No debe pensar que su papel es enseñar cosas. Esto lo hace mejor la TV o Internet. La escuela debe ser el lugar donde se aprenda a manejar y utilizar bien esta tecnología, donde se trasmita un método de trabajo e investigación científica, se fomente el conocimiento crítico y se aprenda a cooperar y trabajar en equipo.

-¿Es positiva la doble escolaridad?

En Italia llamamos a este fenómeno «escuelas de tiempo pleno». La pregunta que me surge es: ¿pleno de qué? Esta es la cuestión. La escuela está asumiendo un papel demasiado absorbente en la vida de los niños. No debe invadir todo su tiempo. La tarea escolar, por ejemplo, no tiene ningún valor pedagógico. No sirve ni para profundizar ni para recuperar conocimientos. Hay que darles tiempo a los niños. La Convención de los Derechos del Niño les reconoce a ellos dos derechos: a instruirse y a jugar. Deberíamos defender el derecho al juego hasta considerarlo un deber.

(Fuente: lanacion.com.ar)

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Educación para la vida. ¿Cómo esperamos que surjan nuevos Newtons si los niños jamás ven manzanas cayéndose de los árboles?

marzo 17, 2012

Brillante charla de Satish Kumar, quien en 1982 crea en Hartland la Small School, una escuela de primaria y secundaria, pionera en educación holística y un modelo de educación y de aprendizaje. Fundador y director de Programas del Schumacher College, centro internacional de educación que conecta la ecología con la economía, la ciencia con la espiritualidad, la política con la vida diaria en un clima de espíritu libre.

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Pero si son solo «inocentes» historias, desprovistas en absoluto de lecciones acerca de como deben ser las cosas… o no?

marzo 16, 2012

¿Estás seguro de que querés que tu nena sea una princesa? Tene en cuenta que los relatos que les ofrecemos sientan las bases de su construcción del mundo. Creo que ya es hora de empezar a contar nuevos cuentos.

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Y a veces nos cuesta tanto verlo…

marzo 16, 2012

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¿Homo Consumus?

marzo 16, 2012

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La escuela vivida como cárcel

marzo 8, 2012

Como todos sabemos, Pinocho odia la escuela y huye de ella. Se va a callejear, a encontrarse con unos titiriteros ambulantes que le dan una función mucho más atractiva que cualquier clase escolar. Un niño de carne y hueso tal vez no se escape hoy de la escuela, pero espera ansioso que se acabe la jornada en el aula para volar a su casa y prender el televisor, correr a un cíber o juntarse con sus amigos. Tanto Pinocho como nuestro escolar actual se sienten prisioneros y no siempre les prestemos la debida atención.

Los estudiantes, en general, no tienen totalmente en claro para qué van a la escuela. Poseen brumosas imágenes, según las cuales estudiar es indispensable para conseguir un trabajo digno, progresar en la vida o convertirse en una persona buena y culta, socialmente aceptada. Pero todo eso, a la edad de ellos, se presenta como lejano y difuso. Constituye una seria dificultad explicar a un estudiante de nivel primario o secundario las razones por las cuales debe pasar muchas horas del día encerrado entre las paredes del aula, cumpliendo con obligaciones que pocas veces valora o entiende. Un adulto puede ver a su lugar de trabajo como un sitio de encierro, pero se somete a esa cárcel porque el salario que se lleva le es indispensable para vivir. Los chicos no llegan a comprender para qué se los obliga a aprender matemática, geografía, historia, biología y muchas cosas más, cuando a ellos poco y nada les interesa. Por eso es que suelen reaccionar con la clásica y milenaria indisciplina, correlato casi obligado de una situación que se vive como un ahogo. Y esa indisciplina lleva a diferentes formas de castigo o represión, que hoy están atenuadas, pero que en otros tiempos fueron terribles.

Las respuestas que se escuchan ante este problema giran alrededor de algunas ideas más o menos comunes. La carga de la culpa puede volcarse hacia el niño (o adolescente) que estaría evitando lo que es su obligación, supuestamente ineludible; o hacia la escuela responsabilizándola por no haber sido capaz de crear en sus alumnos la conciencia de la importancia que tiene lo que en ella se hace. A veces se puede reprochar a la institución escolar por no haber sido capaz de cultivar la pedagogía del esfuerzo, según la cual los aprendizajes son obligaciones que requieren ser cumplidas, aunque no resulten agradables. Este problema, que no es nuevo, se ha agudizado particularmente en nuestra época, en la medida en que han crecido los intereses no escolares capaces de atrapar a los chicos (como la TV, por ejemplo). Algunos pedagogos o docentes con inquietudes se preguntan qué es lo que hace mal (o no hace) la escuela para granjearse el desinterés de sus alumnos.

Ese histórico odio o rechazo no existe en todos los niveles del sistema escolar. Los niños de los jardines de infantes (una institución relativamente nueva, en términos históricos) suelen ir a la escuela contentos y exhiben orgullosos lo que en ella hacen. Algo parecido ocurre, aunque el amor va disminuyendo gradualmente, en los primeros tramos de la escuela primaria.

Cuando se pregunta a los adultos acerca de esta clarísima diferencia de actitudes contestan que en el jardín de infantes los niños juegan, pero no estudian. Esto equivale a ignorar la cantidad y calidad de los aprendizajes que se realizan en el nivel inicial, sin necesidad de aplicar castigos. No se suele considerar que la libertad es el signo característico en ese nivel y que el placer, y no el rechazo, se constituye en el motivo dominante para las criaturas que concurren a él. Juego y trabajo, en los jardines de infantes, no se diferencian.

Hoy es bastante corriente que los niños del nivel inicial, en virtud de los estímulos que los rodean realicen sus primeras experiencias voluntarias con la lectoescritura antes de llegar a la escuela primaria y no es raro encontrar, entre las criaturas de cinco años o menos, chicos que ya leen y escriben o están en franco camino hacia ese aprendizaje. Algo similar se produce en lo relacionado con la adquisición de los números y de la matemática elemental. Cuando el dinosaurio Barny explica las figuras geométricas desde la TV, ante chiquitines que lo contemplan embelesados, es muy evidente que no necesita salir de la pantalla para retarlos, porque ellos lo seguirán mirando y aprendiendo.

El amable cuadro que se puede encontrar en los jardines de infantes no se repite en el resto de la escuela. Casi es innecesario decir que cuando se pasa a las etapas de la adolescencia todo se pone peor, porque en la segunda enseñanza el odio hacia la escuela y las ganas de escapar lo más pronto posible del aula se vuelven más grandes. Claro que no todos los chicos piensan y actúan con estos criterios muchas veces la escuela logra atrapar el interés de sus alumnos, pero ésta no es la regla general.

Puede decirse, de todos modos, que de una manera generalmente insensible, que escapa, incluso, a la percepción de muchos especialistas en el área educativa, el buen clima del jardín de infantes se está desplazando hacia el resto del sistema escolar.

Esto explica por qué, en los primeros grados de la escuela primaria pueden hallarse, todavía, el gusto y el interés que están vivos en los años del jardín. Pero el cambio no es fácil y exige muchas transformaciones, que no se pueden producir de un día para otro.

De todas maneras, en un momento determinado, las opiniones infantiles sufren un vuelco y la escuela se convierte en un sitio detestable, del cual lo único digno por rescatar está dado por los recreos o la amistad de los compañeros.

El ya antiguo problema de Pinocho sigue vivo. Se podría retroceder mucho más en el tiempo y encontrar cuadros no idénticos, sino peores. La institución escolar, a pesar de no ser un imán para sus alumnos, no es hoy vista tan espantosamente como lo era en épocas pasadas, incluso en las no demasiado lejanas. Juan Manuel Serrat cantó unos versos de Antonio Machado, poeta español del siglo pasado, en los cuales contempla las moscas del salón de clases, deseando la libertad que ellas tienen para ir donde les plazca, mientras él sigue preso.

Hace falta bastante más que un reducido artículo periodístico para mostrar lo que la escuela necesita, realmente para salir de un cuadro de situación que todos admiten como deplorable. Pero puede decirse que los intentos de volver al pasado, aplicados a chicos que «están en otra», no pueden sino conducir al fracaso.

La escuela necesita, imperiosamente, «vender» sus productos y acabar con el rechazo milenario que sus alumnos manifiestan hacia ella. La antigua repulsa hacia la institución escolar por parte de los estudiantes ha sido reemplazada, en buena medida, por un estado de «quemeimportismo», que se apoya en las decaídas fuerzas de los docentes para vencer en una lucha en la que éstos ya han sido derrotados.

Los chicos van a la escuela porque reconocen que no ir es todavía peor, en un país dominado (lo mismo que en gran parte del mundo) por el desempleo y la explosión escolar, caracterizada por la extensión jamás vista de la cantidad de estudiantes (tenemos once millones de alumnos en nuestro sistema educativo). No tiene nada de raro que hoy se reclamen estudios secundarios a las mucamas o a los empleados de los supermercados. En esas condiciones la escuela se convierte en un auxilio inevitable para la supervivencia y no alcanzar los diplomas que para conseguir trabajo se requieren equivale a una condena social cuyas consecuencias están a la vista.

No cabe duda de que la escuela puede ganar la batalla del interés, si le cabe ese nombre, si encuentra la manera de atrapar la voluntad de sus alumnos hacia lo que en ella se hace. El ejemplo de los jardines de infantes, donde realmente se aprende y mucho puede servir de base para transformar la escuela en una institución deseada por sus alumnos, alejada de todo lo que pueda significar odio, rechazo o fracaso.

El afán por aprenderlo todo, al ritmo que el propio crecimiento determina, se encuentra en cualquier criatura. Podemos ver a los pequeñitos conociendo infatigablemente la realidad que los rodea, con las manos, con la boca, con los ojos, con todo su cuerpo. Y también encontramos a los niños de más edad demostrando curiosidades interminables, de mil distintas maneras, preguntando eternamente el porqué de las cosas, queriendo comprender mecanismos y fenómenos, esforzándose tenazmente para adquirir dominio sobre sí mismos y el mundo circundante. Que este poderoso y magnífico poder asimilador, con el cual llegamos al mundo, pueda debilitarse o alcanzar el agotamiento después, es algo que nos debe preocupar vivamente, pues la escuela suele tener una parte decisiva en su pérdida.

La escuela necesita transformarse, pero no en los sentidos que muchos reclaman, sino buscando el camino en su capacidad para atraer a sus alumnos, a fin de que se sientan partícipes de una experiencia positiva y no de una situación de encierro.

¿Es imposible? Cualquiera de nosotros que haya vivido, siquiera una vez, la experiencia del aprendizaje que se realiza en medio de un interés mayúsculo y con resultados altamente favorables puede contestar que no.

Por Germán Gómez (Diario La Nación)

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Energías alternativas.

marzo 6, 2012

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Seamos útiles y funcionales de una vez por todas! Qué hacés ahi sentado, eh, eh, eh?! Segui las instrucciones por favor.

marzo 3, 2012

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Ay, que sería de nosotros sin los mas desafortunados!

marzo 1, 2012

Eso si, nos da una lástima que ni te cuento…

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Tiempos (pos)modernos.

enero 13, 2012

 

 

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Ok, esta imágen puede herir la sensibilidad de algunas personas… pero esta realidad está matando millones de otras.

noviembre 28, 2011

 

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¡Jugá rápido!

noviembre 20, 2011

Cierta vez, no hace mucho tiempo atrás, escuché a una mamá decirle eso a su chiquito. Porque ahora no hay tiempo que perder, entonces los apuramos aunque ello vaya en detrimento de un crecimiento armónico… y hasta de su felicidad.
Y después tenemos «setresaditos» de 6 o 7 años.
En el video se les pide a los chicos que completen un dibujo. Primero se les dan solo 10 segundos, y luego 10 minutos para realizar la misma tarea. Vean que pasa… creo que la concusión es obvia, no? Incluso para nosotros, los «grandes»!

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¿Y si buscamos otras alternativas?

octubre 30, 2011

Exámen:

– Cuándo bla bla bla?
– 1620
– Como puedes ver, he memorizado este hecho totalmente inútil lo suficiente como para pasar una pregunta de examen. Ahora pretendo olvidarla para siempre. No me has enseñado nada excepto como manipular cinicamente el sistema. Felicitaciones.

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¿Le damos una cálida bienvenida?

octubre 12, 2011

La mayoría de los papás no educa a sus hijos para que sean promiscuos, irrespetuosos, violentos ni abusadores. Y sin embargo, ignoran o permiten que estos mensajes y modelos se metan en sus casas desde las pantallas. Asi como controlás los alimentos o medicamentos que les das, es necesario que estés atento a los contenidos televisivos a los que están expuestos.

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El hombre no solo vende mercancías, también se vende a si mismo…

septiembre 14, 2011

El hombre ha construido su mundo, ha erigido casas y talleres, produce trajes y coches, cultiva cereales y frutas, pero se ha visto apartado del producto de sus propias manos, y en verdad ya no es el dueño del mundo que él mismo ha edificado. Por el contrario, ese mundo, que es su obra, se ha transformado en su dueño, un dueño frente al cual debe inclinarse, a quien trata de aplacar o de manejar lo mejor que puede. El producto de sus propios esfuerzos ha llegado a ser su Dios. El hombre parece hallarse impulsado por su propio interés, pero en realidad su yo total, con sus concretas potencialidades, se ha vuelto un instrumento destinado a servir los propósitos de aquella misma máquina que sus manos han forjado. Mantiene la ilusión de constituir el centro del universo y, sin embargo, se siente penetrado por un intenso sentimiento de insignificancia e impotencia… El sentimiento de aislamiento y de impotencia del hombre moderno se ve ulteriormente acrecentado por le carácter asumido por todas sus relaciones sociales. La relación concreta de un individuo con otro ha perdido su caracter directo y humano, asumiendo un espíritu de instrumentalidad y de manipulación. En todas las relaciones sociales y personales la norma viene dada por las leyes del mercado… Este caracter de extrañamiento se da no sólo en las relaciones económicas sino tambien en las personales; éstas toman el aspecto de relación entre cosas en lugar del de relación entre personas. Pero acaso el fenómeno más importante, y el más destructivo, de instrumentalidad y extrañamiento lo constituye la relación del individuo con su propio yo. El hombre no solamente vende mercancías, sino que también se vende a sí mismo y se considera como una mercancía… Su personalidad debe ser agradable: debe poseer energía, iniciativa y todas las cualidades que su posición o profesión requieran. Tal como ocurre con las demás mercancías, al mercado es a quien corresponde fijar el valor de estas cualidades humanas, y aun su misma existencia. Si las características ofrecidas por una persona no hallan empleo, simplemente no existe, tal como una mercancía vendible carece de valor económico, aun cuando pudiera tener un valor de uso. De este modo la confianza en sí mismo, el «sentimiento del yo», es tan sólo una señal de lo que los otros piensan de uno; yo no puedo creer en mi propio valer, con independencia de mi popularidad y éxito en el mercado. Si me buscan, entonces soy alguien, si no gozo de popularidad, simplemente no soy nadie. El hecho de que la confianza en sí mismo dependa del éxito de la propia «personalidad» constituye la causa por la cual la popularidad cobra tamaña importancia para el hombre moderno. De ella depende no solamente el progreso material, sino también la autoestimación… La personalidad alienada que se pone a la venta pierde gran parte de su sentido de la dignidad, rasgo característico del hombre hasta en las culturas más primitvas. Pierde asimismo casi todo su sentido de la identidad, su carácter de entidad única e irreproducible. El sentido de la identidad se origina en la experiencia de uno mismo como sujeto de sus experiencias, su pensamiento, su sentimiento, su decisión, su opinión, su acción. Presupone que la experiencia es suya y no una percepción alienada. Los individuos que se transforman en cosas carecen, al igual que éstas, de identidad. ¿Cuál es entonces, el significado de la libertad para el hombre moderno? Se ha liberado de los vínculos exteriores que le hubieran impedido obrar y pensar de acuedo con lo que había considerado adecuado. Ahora sería libre de actuar según su propia voluntad, si supiera lo que quiere, piensa y siente. Pero no lo sabe. Se ajusta al mandato de autoridades anónimas y adopta un yo que no le pertenece. Cuanto más procede de este modo, tanto más se siente forzado a conformar su conducta a la expectativa ajena. A pesar de su disfraz de optimismo e iniciativa, el hombre moderno está abrumado por un profundo sentimiento de impotencia.

(La vida auténtica –  Erich Fromm)

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¿Qué vas a hacer con lo que hicieron de vos?

septiembre 9, 2011

¿Vas a comer lo que hay que comer, compar lo que hay que comprar, vestirte como hay que vestirse?

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Coprofagia voluntaria.

agosto 13, 2011

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Un artículo que no se desgasta es una tragedia para los negocios.

agosto 5, 2011

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Resistencia. O autoprotección…

julio 5, 2011


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¿Descartables?

julio 5, 2011

Las personas fueron creadas para ser amadas, y las cosas para ser usadas. La razón por la que el mundo está en caos, es porque las cosas están siendo amadas, y las personas usadas.

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Pero ves que sos un inútil! Cuántas veces tengo que decirte que…? Parece tarado este chico, yo no se a quién sale…!

junio 24, 2011

Para un niño, la forma en la que sus padres y educadores le hablan es indicativo de lo que sienten por él. Las palabras del adulto afectan su autoestima y su dignidad. Así pues, el lenguaje determina gran parte del destino del niño. (Lo cual no es poca cosa, no? Pensemos antes de abrir la boca!)


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Neoliberalismo facilito, facilito.

May 18, 2011

(Si alguien sabe donde está subtitulado, avise! Mientras tanto, con un nivel básico de inglés se entiende. Y vale la pena el esfuerzo!)

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…?

May 8, 2011

¿A cuánto placer y comodidad estamos dispuestos a renunciar para evitar el sufrimiento de otra persona? (incluso, aunque a veces esa persona seamos nosotros mismos)

(Todos quieren cambiar el mundo, pero nadie quiere cambiar)

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Y cuanto antes, mejor…

abril 6, 2011

Me explicaron que no es bueno,
comenzar a cuestionar,
que son las reglas del juego,
aunque no me dejen jugar,
Y que si hago los deberes,
me darán la libertad…

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Gracias por no cuestionar la «realidad»!

marzo 29, 2011

 

 

Y ya que estamos… alguien tiene un megáfono?

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Saliendo de «mi» mundo, para empezar a ver «nuestro» mundo.

marzo 23, 2011

No hay nada que pueda agregar, con lo que ella dice, basta y sobra.

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Onanismo

marzo 22, 2011

La queja es simple masturbación verbal. (Siendo asi… ¿esta reflexión será metamasturbativa?)

 

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De guerras y rebaños.

marzo 21, 2011

Algunos se preguntaran que catso tenemos que ver o que podemos hacer los argentinos con respecto a las guerras que estallan por el mundo..

Yo creo que un primer paso es concientizarnos y hacernos cargo de que la humanidad y sus sociedades y culturas, no son un ente a parte que podemos acusar y señalar con el dedo.. estas estan formadas por un montón de NOSOTROS y la cosa empieza por casa..

Estas guerras imperialistas del petroleo y otros recursos, que tanto nos horrorizan, no son mas que una consecuencia desencadenada del sistema feroz en el que hoy en día nos vemos inmersos.. y aceptamos y avalamos día a día por el solo hecho de participar en el.. se nos educa para que aceptemos a los golpes que no hay otra forma.. que es «lo que es» y que nos adaptemos a vivir en el.. se nos enseña a poner nuestros intereses egoístas, de enriquecimiento y «bienestar» por sobre los de los demás, por sobre sus derechos, su dignidad y hasta a veces su vida…

Se nos enseña que la meta es ser exitoso y que el éxito se relaciona únicamente con la acumulación de capital, con tener una casa grande, un auto ultimo modelo y cosas por el estilo… pero no nos enseñan que lo que le sobra a uno es porque se lo esta quitando a otro…

Claramente no se nos enseña a conformarnos y darnos por satisfechos y felices con un modesto techo  y lo necesario para vivir sin hambre, sin frío y dignamente, sino a querer mas, mas y mas, siempre sin importar el costo. Por que claro, el costo no lo sufrimos nosotros sino aquel que queda marginado por el sistema.

Se nos enseña a vivir en una cómoda y completa ignorancia de las repercusiones que tienen CADA una de las decisiones que tomamos… cosas simples como por ejemplo, poner nuestro dinero en un banco sin preguntarnos que estaremos financiando con el, cosa que no es ninguna pavada ya que es una real posibilidad que por ejemplo ese dinero este a merced de grandes corporaciones que criticamos y señalamos con el dedo incluso financiando una guerra.

Aquí no hay santos y demonios, sino un gran rebaño de ovejas ignorantes que van para donde se las lleven sin preguntarse nada…

Es muy cómodo pensar que nada tienen que ver las atrocidades que ocurren en el mundo con nuestras acciones.. pero es hora de hacerse cargo que son nuestras acciones, elecciones y decisiones, incluso las mas pequeñas, las que realmente mueven el mundo.

(Gracias Despertar Wake Up por el texto! Link de Facebook aca)

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Aplíquese a cualquier situación. Desde el mundo hasta tu familia.

marzo 20, 2011

Había una vez una unidad de trabajo de cuatro miembros llamados:

Todos, Alguien, Cualquiera y Nadie. Debía realizarse un trabajo importante y  Todos estaba seguro que Alguien lo haría. Cualquiera podría haberlo hecho pero Nadie lo hizo. Alguien se enojo porque el trabajo era de Todos. Todos pensó que Alguien podía hacerlo, pero Nadie se dio cuenta de que Todos no lo haría. Al final, Todos culpo a Alguien cuando Nadie hizo lo que Cualquiera podía haber hecho.

 

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Obvio, ¿no?.

marzo 18, 2011

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¿Y si fueran tus hijos…? ¿Y si hubieras sido vos…?

marzo 17, 2011

Mas que globalización, es explotación global.

Si no sos parte de la solución, sos parte del problema.  Buscá lugares de compra en los que se apliquen reglas de comercio justo. Para saber mas acerca de este sistema de comercialización click aca.